Otros usos del Edificio
Cuando la Comisaría de Policía abandonó el Palacio de la Isla, el inmueble fue utilizado para almacenar material docente que se encontraba depositado en el Hospital Provincial, espacio que a su vez tenía que quedar libre debido a las obras de acondicionamiento que estaban programadas. Fue precisamente la mencionada falta de espacio en las instalaciones del centro sanitario lo que obligó a solicitar algunos espacios de este inmueble.
El Servicio de Asesoramiento a Municipios (Sajuma) acordó el 23 de septiembre de 1996 como asunto de urgencia el traslado del Servicio de Recuperación de Archivos desde el Hospital Provincial al Palacio de la Isla. Este servicio acabó ocupando la primera y segunda planta del palacio. La intención de este departamento pasaba por ofrecer a las entidades locales la posibilidad de dejar organizado su archivo municipal.
Ese mismo año acabó instalándose en el Palacio de la Isla el grupo espeleológico Edelweiss, vinculado a la Diputación de Burgos. Este grupo llegó a ocupar parte de la segunda planta, donde quedaron habilitadas para sus necesidades las cuatro habitaciones de los lados sur y este del inmueble. El despacho con acceso a la torre hacía las veces de biblioteca, secretaría y sala de reuniones; una segunda dependencia tenía la misión de almacén, limpieza y mantenimiento. Una tercera albergaba archivos fotográficos, restos arqueológicos de las zonas en estudio, hacía las veces de almacén de publicaciones y acogía algunas maquetas en 3D de las zonas geográficas estudiadas.
La última –correspondiente a la fachada este del edificio- era el catastro espeleológico de Burgos, y contenía un gran archivo de hojas de campo, copias de las cavidades de la provincia, planos geográficos y fotos áreas. Pese a que el grupo estaba compuesto por una veintena de personas, difícilmente coincidían más de seis de forma simultánea en la instalación.
La Torre Encantada
Un nuevo proyecto artístico nacido de la fértil imaginación del artista y poeta leonés Adolfo Alonso Ares culmina el punto más alto del Palacio de la Isla. En la torre del edificio, ubicada en la segunda planta, encuentra acomodo La Torre Encantada, un singular proyecto artístico cargado de simbolismo, en el que concluyen la poesía, la pintura, el dibujo y otras manifestaciones artísticas.
Curiosos animales míticos creados por Alonso Ares reciben al visitante que accede al recinto y le invitan a adentrarse en un mundo onírico, cargado de simbolismo. Libros de poesía, tierra, representaciones artísticas, animales legendarios y pequeñas obras de arte se presentan distribuidas en un extenso espacio, distribuidas en dos alturas. La propia voz del artista guía y acompaña al visitante durante su estancia y explica el sentir de este singular proyecto expositivo.
Señala el autor que las torres representan simbolismo y aventura. Las torres encuentran su vínculo en la relación que han mantenido a lo largo de los siglos con los bestiarios medievales, con la búsqueda de lo imposible y de lo desconocido; recuerda también Alonso Ares cómo el arte y la literatura son, desde siempre, símbolos de libertad. Las torres se presentan como elementos vinculados a la búsqueda de lo imposible y también de lo desconocido. En este caso, la Torre del Palacio es símbolo de libertad porque se encuentra contemplando el infinito. El arte y la literatura vistos desde aquí como símbolos eternos de libertad, que se muestran en todo su esplendor, en un espacio único, vibrante, que invita a pensar, a reflexionar, a dejarse llevar por la poesía y por el arte, en definitiva a vivir.
Una escalera de caracol permite subir una altura y seguir disfrutando de la obra de este singular artista, espacio que sirve de preludio a la angosta entrada que permite acceder a la torre y disfrutar de las privilegiadas vistas que ese punto ofrece de la ciudad. La ciudad de Burgos se presenta aquí en toda su extensión, dominada por el perfil majestuoso de su Catedral. Sin duda, una de las mejores vistas aunque posiblemente menos conocidas de la ciudad.