El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua ha organizado el jueves, 12 de diciembre, en el Palacio de la Isla, la proyección del cortometraje documental ‘Cabezones’, original del escritor y dramaturgo Luis Enrique Valdés y el actor Alberto Maceo, artistas cubanos exiliados en España y Alemania, respectivamente. El cortometraje, estrenado en abril en el Teatro Zorrilla de Valladolid, pretende servir de reflexión en torno a su propia condición de exiliados. La proyección se ha prolongado con un coloquio posterior, que ha contado con la intervención de Luis Enrique Valdés, que ha acudido al Instituto Castellano y Leonés de la Lengua para compartir este proyecto audiovisual con el público burgalés.
‘Cabezones’ es una historia de resiliencia entre la España interior y Cuba, que documenta el viaje de ida y vuelta emprendido por el vallisoletano Nicolás Cabezón, fundador de la ferretería más famosa del centro de La Habana, ‘Cabezón y Feíto’, en la esquina de las calles Reina y Lealtad, conocida en la actualidad por muchos habaneros como ‘La cubana’. Su historia comienza en el pequeño municipio de Pobladura de Sotierra, en la comarca vallisoletana de Tierra de Campos, y culmina con la primera revolución cubana de 1959, cuando se produce su regreso a España, seguido de un segundo exilio que tendría como destino Estados Unidos.
Grabado en blanco y negro, ‘Cabezones’ incluye imágenes de archivo y testimonios de sus descendientes, Constancio, Mercedes y Gloria, los tres Cabezón Carmona, y Mari Pinilla, que también ponen voz a la España interior de la posguerra y a la memoria de la emigración de aquellos que tuvieron que cruzar el Atlántico para ‘hacer las Américas’.
“La inmigración siempre es dura y siempre tiene un montón de matices, pero creo que siempre es forzada y tiene un matiz político grande y, si vienes de Cuba, económico también”, argumenta Valdés, que aprecia un paralelismo entre su propio exilio y el de Nicolás Cabezón, fallecido hace décadas sin que sus descendientes conozcan la fecha con exactitud. Igualmente, el actor Alberto Maceo coincide también en señalar el paralelismo de la situación de Cabezón con su propia experiencia personal.
La historia de Nicolás Cabezón comienza en la posguerra española, cuando, según recuerda su sobrino Constancio, marchó de Pobladura de Sotiedra para hacer las Américas en un barco y empezó a trabajar como botones en un hotel hasta crecer económica y socialmente abriendo la ferretería más conocida de la capital cubana.
“Cuando vivíamos en La Habana íbamos mucho a una ferretería que había sido la más importante de la ciudad y siempre nos habíamos preguntado por qué ese nombre, porque los negocios de la época prerrevolucionaria solían llevar el nombre de las calles, el nombre de sus esquinas y supusimos que el ferretero podía tener esas características físicas y no le importaba destacarlas”, bromea Valdés. “La ferretería, además, era un símbolo de la prosperidad de la sociedad cubana y muchos todavía la conocen hoy en día con ese nombre”, apostilla Maceo, encargado de grabar las imágenes a ambos lados del Atlántico.
La respuesta a esta pregunta llegó años después. cuando Luis Enrique Valdés, ya afincado en el municipio vallisoletano de Urueña, descubrió que Nicolás Cabezón había salido del pueblo de al lado, de Pobladura de Sotiedra, una pedanía de Tiedra cercana a Toro (Zamora), que en la actualidad tiene menos de 300 habitantes. Fue aquí donde los sobrinos de Cabezón, en verano de 2021 recordaron ante la cámara de Maceo los baúles llenos de regalos, las bolsas de café, la guayaba o los ‘haiga’ que trajo consigo en su regresó.
El protagonista de la historia, Nicolás Cabezón abandonó España a finales de la década de los 30 y llegó a la isla caribeña en los años 40. Con apenas 16 años, se instaló en la Cuba de Fulgencio Batista, quién tras un período de presidencia constitucional, dio su segundo golpe de Estado para erigirse dictador hasta la revolución de 1959. La posterior dictadura de Fidel Castro, en el poder desde 1959 hasta 2008, supuso el fin de la experiencia de Cabezón y su familia en Cuba ya que todos sus bienes fueron expropiados.
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