El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, ha presidido el miércoles, 29 de junio, en la sala de concejales del Ayuntamiento de Palencia, la presentación del libro ‘La antigua Universidad de la Catedral de Palencia. Documentos e historia’, (Colección Beltenebros, Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua).
El alcalde de Palencia, Mario Simón, y los dos autores del libro, el paleógrafo José Manuel Ruiz Asencio, emérito de la Universidad de Valladolid, y el catedrático de Historia del Derecho de la Universidad de Valladolid, han acudido a Palencia a la presentación de esta publicación.
La Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, junto al Ayuntamiento de Palencia, entidad que forma parte de su Patronato, decidieron de forma conjunta implicarse en la elaboración de esta nueva publicación, coincidiendo con la conmemoración en 2021 del séptimo centenario de la construcción de la catedral gótica de Palencia, la bella desconocida. De esta forma, la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua decidió realizar la producción de un libro de temática netamente palentina, aunque sin apartarse de sus líneas habituales de trabajo. De esta forma, los investigadores implicados en el área de la investigación de los orígenes del español que desde hace años desarrolla la institución presentaron este nuevo proyecto de publicación, del que serían responsables finalmente el paleógrafo José Manuel Ruiz Asencio y el historiador del Derecho Félix Martínez Llorente, ambos de la Universidad de Valladolid.
Los documentos de la antigua Universidad, la más antigua de España, se relacionan todos con los obispos de la sede, en especial Don Tello Téllez de Meneses, y los miembros del cabildo catedralicio, que, contando con el favor del Papado, sufragaron su mantenimiento con rentas procedentes del diezmo eclesiástico. Hoy se conservan seis documentos pontificios, que fueron publicados por primera vez en 1942 por Don Jesús San Martín Payo, una figura relevante de la intelectualidad palentina del siglo XX. También un concilio de los obispos castellanos, convocado por el legado papal, que tuvo lugar en 1228 en Valladolid, contiene una rúbrica dedicada expresamente a esta Universidad. Y desde 1976 conocemos un formulario para escribir cartas, escrito por un escolar del Estudio y vinculado a la sede zamorana en el que aparecen seis cartas relacionadas con el Estudio de Palencia. A ellas se deben añadir las tres lecciones o lecturae, de fines del siglo XII ‒circa 1183-1194‒, debidas a un canonista de origen boloñés, Ugolino de Sesso, que fue maestro del Estudio General palentino, conservadas en un códice manuscrito del Archivo de la Corona de Aragón, y que constituyen el texto universitario más antiguo de España, sobre novedosa materia jurídica de índole procesal.
Poco después de 1263 la Universidad fue trasladada a Valladolid, pero el inmueble que la alojaba perduró usado como prestigiosa Escuela de Gramática (hoy entraría en la categoría de Estudios Superiores) hasta la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. Usando un apeo de 1513 de las casas y corrales que tenía el cabildo en la ciudad de Palencia, acuerdos de las actas capitulares y planos de la ciudad de los siglos XVIII hasta principios del XX, ha sido posible la elaboración de un novedoso capítulo con la descripción y localización del inmueble del Estudio.
EVOLUCIÓN DEL ANTIGUO ESTUDIO PALENTINO
Con la finalidad de hacer un libro en el que se proporcionase no solo el relato del proceso formativo y evolución posterior del antiguo Estudio palentino, sino las pruebas documentales con las que se cuenta a la hora de reconstruir su pasado, los autores han estimado necesario acometer la transcripción de todos ellos, directamente de los originales o de las copias conservadas, junto con su reproducción fotográfica, añadiendo a las mismas, para su mejor entendimiento, una traducción al castellano de su tenor, en atención a los lectores que carecen de conocimientos en lengua latina y que desean adentrarse en su contenido último.
El trabajo abordado que conforma la presente monografía no constituye un libro destinado a los especialistas, con exclusividad. El objetivo era ofrecer al público en general y a los palentinos en particular una ajustada historia de su antigua Universidad, del Estudium Generale palentino, poniendo en valor la importancia que para su análisis y estudio tienen las fuentes documentales sobre las que, históricamente, se asentaron tanto su formación inicial, como su posterior desarrollo institucional, además de aquellas otras que nos proporcionan importantes datos acerca de la presumible localización de sus edificios, así como de la estructura arquitectónica de la que debió gozar. Todo ello se hará patente ante el lector a lo largo de textos cronísticos, documentos pontificios o regios, elencos de escolares y maestros que frecuentaron sus aulas, como santo Domingo de Guzmán, san Pedro González Telmo, Gonzalo de Berceo o el citado magister Ugolino o Hugolino de Sesso, con el fin de recrear más intensamente su pasado.
Todavía en nuestros días la valoración y estudio histórico del Estudio General palentino sigue proporcionando, como desde hace siglos, una considerable multiplicidad de interpretaciones entre los investigadores que, desde las ópticas más diversas, se han aproximado a su realidad institucional. De la mano de Martínez Llorente se ha procedido a una profunda recapitulación de las más variadas teorías, tomando en consideración las importantes aportaciones que nuevas fuentes documentales han venido a proporcionar. Cada vez ofrece menores dudas el hecho de que, en la última década del siglo XII, el Estudio General palentino se hallaba en pleno funcionamiento; que en el mismo impartían docencia magistri versados en Artes Liberales ‒del Trivium y el Quadrivium‒, pero también en los más pujantes y valorados saberes del momento, como la Teología, la Jurisprudencia canónica o civil, o la Medicina; y que a sus aulas acudieron estudiantes foráneos atraídos por el crédito y el prestigio de sus docentes.
En la consecución de semejante prestigio es probable que influyera el hecho de la reiterada y sistemática presencia de occitanos, francos, catalanes e itálicos entre los miembros del cabildo catedralicio, como atestiguan los numerosos diplomas del momento, y que como formados magistri o maestros, impartían docencia en sus aulas. El libro revela el protagonismo que en la consecución e impulso de estas escuelas surgidas al amparo de la Canónica palentina debió jugar el obispo Raimundo II. Bajo su pontificado, se confirmó la presencia ascendente en la diócesis de un significado número de magistri y scholares, que formarían parte de aquel cuerpo de docentes y discentes involucrados en la enseñanza y aprendizaje de los más altos saberes del momento, a la par que de la formación de su clero. Las aportaciones recogidas en esta monografía constituyen una destacable y valiosa contribución acerca del Estudio General de Palencia, orgullo de la ciudad y referente académico hispano y universal, según coinciden en apuntar los autores.
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